¿Es el fotógrafo de naturaleza una especie en peligro de extinción? Estamos en una época donde cada día vemos más fotografías de naturaleza en las redes sociales y en internet en general. Aún así, se puede pensar que es lo que está sucediendo en realidad.
Vamos a desmenuzar este asunto un poco. Primero, y sin intenciones de herir sensibilidades, no todo el que toma fotografías es fotógrafo. Mucho menos, no todo el que tiene una cámara lo es. Si fuera así, toda persona que tiene un teléfono inteligente fuera un fotógrafo. Segundo, pienso que el primer paso para ser un fotógrafo de naturaleza es ser un conservacionista. Un amante del medio ambiente y de su cuidado. Un fotógrafo de naturaleza prioriza el bienestar de la especie y del hábitat al hacer la toma fotográfica.
El fotógrafo de naturaleza y el medio ambiente
Otro punto, en el que debemos pensar, es el hecho que cada día vemos más fotografías de naturaleza. Pero, a la misma vez vemos un deterioro mayor en el medio ambiente. Destrucción de los hábitats, extinción de especies y el mundo sigue en su giro desenfrenado por obtener estatus y riquezas.
Algo contradictorio que vivimos en estos días. Por un lado, nos dicen que hagamos lo que amamos. Por el otro, quizás con una voz más fuerte, nos dicen que es más importante tener un buen “status” económico. Esto nos “obliga” a tener un trabajo donde gane “bueno” aunque no me guste, aunque no sea feliz con él. Este modo de vivir nos afecta a todos, en mayor o menor grado. Entre los más afectados están aquellas personas que realizan un trabajo vocacional y que lo realizan por vocación. Dentro de este grupo podemos mencionar a los artistas, en todas sus vertientes del arte. Quienes, en muchos casos, tienen que sucumbir a la corriente del consumismo para hacer lo que la masa compre y poder subsistir.
El caso del fotógrafo
Hablemos del caso particular del fotógrafo, un artista, una profesión vocacional. Ya sea como profesión o como pasatiempo, la labor del fotógrafo de naturaleza alterna una parte activa, hacer las imágenes en exterior. Con otra parte más sedentaria como el procesado y que puede incluir la formación y el estudio. En el caso del profesional, estas tareas podrían ser realizadas a cabalidad si su trabajo es valorado. Si recibe una justa remuneración por su trabajo y tiempo dedicado.
Por otra parte, en el caso del fotógrafo de naturaleza aficionado, el asunto principal posiblemente no sea el dinero. Si no, el hecho de tener que balancear la fotografía con el trabajo, la vida familiar y todas las otras responsabilidades del diario vivir. De todas maneras, profesionales o aficionados, van a recibir los beneficios que tiene esta combinación de tareas. Tanto por lo variado de los escenarios como por la unión de una parte más física con otra más intelectual.
Como fotógrafos tendremos muchas preguntas al momento de realizar nuestro trabajo. Ya sean preguntas técnicas o compositivas. Sin embargo, hay una en la que siempre debemos estar claros. El bienestar del medio ambiente, del hábitat y las especies que en él coexisten tienen prioridad sobre el deseo de hacer cierta fotografía.
Usemos nuestro arte para llevar un mensaje de conservación y no para resaltar prácticas que vayan en su contra.