Tanto en la fotografía como en la vida vamos a ir evolucionando paso a paso. No debemos tratar de saltar etapas, ya que esto traerá consigo lagunas de aprendizaje que nos impedirán avanzar en etapas posteriores. Debemos ser conscientes de esta evolución y no caer en los extremos de querer avanzar demasiado rápido y obviar etapas. O, simplemente, quedarnos en ellas ya una vez superadas por el temor de seguir hacia algo nuevo y diferente.
Como ejemplo de esta evolución podríamos ver cuatro grandes etapas: la técnica, la compositiva, la de autor de proyectos y la de formador. Por supuesto, esto es solo una visión de esta evolución, la cual no es la única y existen infinidad de visiones diferentes de este tema.
La etapas de la evolución fotográfica
En la etapa técnica, podemos incluir el conocimiento del equipo, uso correcto, el estudio de la luz y el uso apropiado de programas de postproceso. En la etapa compositiva, buscamos que nuestras imágenes pasen de ser una simple foto bonita a una imagen que nos transmita. Esta es una etapa en la cual podemos encontrar o definir nuestro estilo. Inclusive, componer imágenes en nuestra cabeza para luego llevarlas a cabo en el campo.
Con respecto a las últimas dos etapas, podemos comenzar a crear series de imágenes que contengan un mensaje. Igualmente, que este se transmita de forma potente a nuestros espectadores. Una vez pasadas las tres etapas anteriores, llega el momento de comunicar la forma en que realizamos nuestro trabajo a otros. Algo que vamos haciendo en el camino, con los conocimientos que vamos adquiriendo, a través de cada etapa superada. Debemos recordar que todos tenemos la capacidad de ser formadores, pero de ahí a ser maestros aún hay camino por recorrer.
Quizás, este sea el momento de autoanalizarnos y ver en qué lugar del camino nos encontramos. Si estamos avanzando, nos hemos estancado, o simplemente nos hemos salido de él y nos toca volver.
Espero que este escrito les sirva de reflexión y como todos los escritos que publicamos les sea de utilidad.