En muchas ocasiones los fotógrafos de naturaleza se preparan, salen de madrugada, limpian su equipo y se ponen la ropa adecuada. Sin embargo, cuando llegan al lugar para fotografiar no pueden realizar las tomas planificadas por las inclemencias del tiempo. El clima es una de esas variables que el fotógrafo de naturaleza no puede controlar. Tiene que aprender a ajustarse a ella. Aunque en Puerto Rico los cambios estacionales no son radicales, si debemos estar pendientes a ciertas circunstancias climáticas. El clima y los fotógrafos de naturaleza tienen una relación permanente. Por ejemplo, si nuestro interés es fotografiar algún paisaje con neblina debemos saber cuáles son las condiciones idóneas para lograrla.
La costa, su clima y los fotógrafos
Viviendo en un archipiélago, como en el que vivimos, la costa y el ambiente marino son el pan nuestro de cada día. En este ambiente conocer los cambios de marea, el clima y las corrientes marinas son indispensables para nuestra seguridad. Y, para realizar la toma que tengamos planificada. La costa como toda escena natural es cambiante. Por ello, debemos percatarnos de estos cambios que pueden ser drásticos, pero en ocasiones pueden ser muy sutiles.
Otro asunto para tener en cuenta son las salidas y puestas del sol. Por nuestra ubicación en el globo terráqueo apenas tenemos unos minutos para capturar estos momentos. Eso significa que nuestra preparación y planificación deben tomar mayor relevancia.
A pesar de lo pequeña de nuestra isla los fotógrafos de naturaleza, en cualquiera de sus modalidades, pueden contar con espacios de climas variados. Mientras en el noreste tenemos un bosque lluvioso, a menos de 100 millas tenemos un bosque seco. Si vamos para El Yunque (bosque lluvioso) nuestra preparación será distinta que si vamos para el Bosque Seco en Guánica. Desde nuestra ropa, hasta la protección de nuestro equipo va a variar.
Ríos y fotógrafos de naturaleza
En el caso de ir a fotografiar ríos o cascadas una de las recomendaciones es ir en horas de la mañana. Este horario minimiza, aunque no evita, el riesgo de crecidas. Si vamos para estos lugares debemos monitorear en todo momento la lluvia. No solo en la zona que nos encontramos, sino en toda la cuenca del río, especialmente en la parte alta.
En otras ocasiones, debemos tener especial cuidado con eventos de polvo del Sahara. Así como, con las cenizas del volcán Soufrière Hill en la isla de Monserrat, los huracanes y más recientemente temblores.
Amamos la naturaleza y amamos fotografiarla para dar a conocer su belleza y motivar a cuidarla. Por consiguiente, para continuar haciendo lo que amamos debemos cuidarnos y protegernos. Este es un tema muy importante que les invito a no pasarlo por alto.