La temperatura del color será la que determine el color de tu fotografía. Además, está muy relacionada al balance de blancos de tu cámara. Cuando el color en tu foto sale más rojiza o anaranjada se dice que tiene temperatura cálida. Si el color de tu fotografía se observa más azul se dice que tiene temperatura fría. La temperatura del color es la dominancia de unos colores del espectro lumínico sobre los otros. Esto tendrá el efecto de alterar los colores en tu fotografía. Y, que el blanco no aparezca como un blanco puro, sino que se observará rojizo o azul.
La temperatura del color, es decir el color de la luz, se mide en grados Kelvin. El color blanco o neutro está en 5,500K. Las temperaturas menores a 5,500K irán pasando gradualmente de más amarillenta hasta llegar a naranjas y finalmente rojizos. Las temperaturas mayores a 5,500K gradualmente irán volviéndose más azules hasta alcanzar el azul oscuro.
Nuestros ojos tienen la capacidad de compensar la temperatura del color que hay en lo que estamos observando. Sin embargo, nuestra cámara no tiene esa habilidad. Debes indicarle a tu cámara qué temperatura de color hay en el ambiente utilizando el balance de blancos. Te presentamos las cuatro maneras de decirle a tu cámara que temperatura de color tiene el lugar donde vas a retratar.

Modos de indicarle a la cámara la temperatura de color
Modo automático
En este tu cámara, utilizando su sensor, interpretará que tipo de luz hay. Es por esto que es el modo menos preciso de todos. Este modo, generalmente, funciona bien con luces neutras. Sin embargo, en los atardeceres o en una habitación con luz artificial, posiblemente no obtengas buenos resultados.
Modo semiautomático
Este modo lo puedes encontrar en la mayoría de las cámaras actuales. Es un “preset” de balance de blancos. Con este le indicas a tu cámara el tipo de luz para situaciones en específico (día soleado, luz artificial, día nublado, etc.). Este modo funciona bastante bien en situaciones regulares como las mencionadas. Pero, si estás en un ambiente diferente o si deseas un balance de blancos que no sea neutro, no te será útil.
Personalizado
Aunque no es una opción que esté en todas las cámaras, muchas ya la traen. Es una opción donde personalizas el balance de blancos que deseas. Lo logras tomando una fotografía a una superficie blanca o con un gris neutro. Así, tu cámara determinará cuál es el blanco en ese ambiente y ajustará los demás tonos a ese que le has indicado. Existen unas tarjetas conocidas como “carta de grises” que puedes llevar contigo a todas partes. Por lo que, podrás tener siempre a la mano el blanco, el gris y el negro neutros para personalizar tu fotografía. Si no cuentas con estas tarjetas, puedes utilizar cualquier cartulina, papel o pared blanca que haya en el lugar donde vas a fotografiar.
En Kelvin
Es una opción que te dan muchas cámaras, donde tú mismo le específicas en que número Kelvin quieres tomar tu fotografía. Hay que entender bien este modo para evitar confundirte. Si escogemos, por ejemplo, 3000K en el menú, la foto no saldrá en los tonos anaranjados que esperas. Por el contrario, ella tratará de compensar esos 3000K que le has indicado que hay en el ambiente. Por tanto, lo hará buscando el tono azul necesario para dejar la foto en tonos neutros.

Sugerencias
Debes recordar que no siempre el balance de blancos debe ser neutro para estar correcto. En ocasiones deseas darle a tu fotografía una temperatura de color más atractiva, de acuerdo con lo que estas retratando. Tal vez, deseas lograr un efecto más interesante en una fotografía nocturna añadiendo una dominancia azul o fría.
Otra manera de ajustar la temperatura del color es utilizando programas de edición como Photoshop o Lightroom. Cada programa tiene sus particularidades para ajustar la temperatura del color. Para aprender sobre este tema puedes tomar algún curso sobre estos programas o buscar vídeos en YouTube.
Es importante que conozcas y aprendas a trabajar con los modos manuales para conseguir la temperatura de color adecuada. No debes utilizar siempre los modos automáticos. Lo que te permitirá lograr la temperatura de color que realmente quieres en tu fotografía.
